#3: La Radiografía más Antigua
La radiografía humana más antigua que se conserva es de 1895, mostrando la mano de la esposa de Wilhelm Röntgen, Bertha. Este descubrimiento, inicialmente de última tecnología, transformó fundamentalmente el campo de la medicina.

Antiguamente, las radiografías eran consideradas ciencia ficción. Hoy día, aunque estamos acostumbrados a ellas, no dejamos de fascinarnos por su capacidad de revelar el interior óseo de nuestro cuerpo, mezclando ciencia con una estética casi fantasmal.